miércoles, 2 de septiembre de 2015

VIENE AHÍ EL ARMAGEDÓN



Cuando uno ve a las autoridades de Hungría construir, de prisa a lo largo de una frontera de más de 100 kilómetros, una valla metálica de alambres de púas de varios metros de alto, para impedir el flujo de miles de refugiados desplazados por los conflictos bélicos de Siria y Afganistán,  no puede evitar asociar el hecho en ironía, con las palabras proféticas de Winston Churchill pronunciadas hace ya 70 años refiriéndose “a la Cortina de Hierro” que la Unión Soviética estaba construyendo a lo largo de las fronteras con los países democráticas de Europa Occidental.

Viendo además la crisis humanitaria que se ha venido formando, no sólo por los desplazados de las guerras, sino también por la de miles de africanos subsaharianos que huyendo del hambre y las penurias, arriesgan sus vidas – y la pierden por montones – cruzando el Mediterráneo en frágiles embarcaciones, tampoco puedo uno eludir la reflexión sobre el hecho de que somos en el planeta más de 7,300 millones de habitantes, donde cerca de una tercera parte viven en la pobreza o en la Extrema Pobreza, que se añaden a la población mundial 80 millones de nuevos habitantes todos los años, y que para alimentar tantas bocas y seguir creciendo hace falta producir y consumir mucha energía cuyo uso con tecnologías obsoletas está desbordando los límites físicos del planeta Tierra y amenazando con la supervivencia misma de nuestra especie.

Si existe un hecho real que nos puede evitar caer en una crisis de pesimismo, es saber que existen soluciones, empezando por la denominada “inclusión social”. Si sabemos que el crecimiento poblacional es uno de los factores causantes de la crisis, la Humanidad debe por fuerza luchar por sacar las grandes masas de la Pobreza Extrema, pues en su trampa o círculo vicioso no cabe la educación que los haría ciudadanos conscientes de controlar su crecimiento irracional, ni cabe la salubridad necesaria para hacerlos ciudadanos sanos y productivos, entre otras cosas. En palabras más llanas: "No es posible una Europa próspera junto a un Malgreb pauperizado y en guerra; No es posible unos Estados Unidos prósperos frente a una América Central hambrienta e ignorante y así podríamos seguir ad infinitum.


Diferentes religiones han dado diferentes interpretaciones a la profética Batalla de Armagedón descrita en el Libro del Apocalipsis de la Biblia. Para mí, esta singular batalla entre el Bien y el Mal, debía ser la lucha que hoy enfrenta la Humanidad – al entender al fin su realidad demográfica, la gran desigualdad social existente y la fragilidad de un agotado planeta – para decidir si vamos a reformar las bases que permitan el desarrollo de una vida más civilizada en el planeta haciendo un mundo más justo para todos, o vamos a seguir dejando que nuestro egoísmo y ambición, disfrazados de guerras, plagas o hambrunas – acaben con las vidas de nuestros congéneres más débiles. Si elegimos esta última opción, podemos con seguridad afirmar:


VIENE AHÍ EL ARMAGEDÓN

En el Viejo Continente
un nuevo río ha nacido
aunque está bien entendido
es un río diferente
ya que es humano torrente
una enorme migración
que huyendo a la inanición
y a la guerra han escapado
aunque en Europa han causado
vergüenza y preocupación.

Vergüenza, por permitir
tanta injusticia a su lado
que equivale a un potentado
junto a un méndigo vivir.
Ahora quieren impedir
pensando siempre en dinero
que esto forme un gran sendero
que empleos pueda quitar
y ahora quieren fabricar
de nuevo un telón de acero.

No habrá feliz conclusión
a lo que está sucediendo
mientras continuemos viendo
del más débil la exclusión
Mientras el Yo y  la ambición
este mundo hagan girar
no nos debemos quejar
pues seguro y sin demora
el Armagedón ahora
nos tocará presenciar.

Rafael Martínez Céspedes
2 de septiembre de 2015

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