Leslie
Lipson (1912-2000) fue Profesor Emérito en Ciencias Políticas de la Universidad
de Berkeley en California. De su autoría es el famoso libro utilizado como texto
durante varias décadas, titulado “Los Grandes Problemas de la Política” (The
Great Issues of Politics) obra que era y debía continuar siendo lectura
obligada no sólo para los estudiantes y los practicantes de esa complicada
ciencia, sino también para todos los ciudadanos conscientes que deben estar
bien informados para considerarse como tales.
Hojeando
recientemente sus amarillentas páginas (mi edición es de 1964) me detuve a
reflexionar un poco en sus conceptos sobre las características de lo que el
Profesor Lipson describe como “los signos distintivos de las dictaduras”, que
sean de izquierda o de derecha, se mantienen en el poder a través de las
técnicas de las instituciones de propaganda, a través de un partido único y mediante las instituciones del terror.”
Indica
el citado académico que “la versión moderna de las dictaduras” está organizada sobre
esas mismas instituciones, aunque de manera más completa: la propaganda convertida en
la difusión activa “de la verdad a medias y la falsedad, destinada
positivamente a orientar el pensamiento del pueblo en determinadas direcciones”.
Comprar o silenciar las voces que constituyen los medios de
comunicación social, es una forma efectiva de lograr la propagación de sólo lo
que conviene a los pocos que dirigen la orquesta.
“El
monopolio del poder político mediante un partido único todopoderoso y dominante,
es el rasgo singular de las dictaduras en estos tiempos y es el instrumento
mediante el cual se mueve y dirige a las masas, se las despierta y a la vez se
las controla en una disciplinada sujeción de esos tantos, a unos pocos.”
Finalmente
aunque en muy pocos lugares se recurre al terror en forma de la tortura física
o mediante juicios sumarios, las voces disidentes son calladas mediante “el
terror financiero”: o son perseguidos por los organismos de recaudación o se ven
aislados en una especie de ostracismo económico donde solo disfrutan de las
ventajas del Estado quienes pertenecen a una minoría que todo lo dirige y todo
lo controla de forma avasalladora y absoluta.
Rafael Martínez Céspedes
9 de diciembre de 2015
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